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    Macarena Pérez Ruiz Farmacéutica comunitaria. Titular de la Farmacia Ciencias18 (Sevilla) – ¿Por qué decidió estudiar Farmacia? – Cuando tenía 15 o 16 años no tenía una vocación clara so- bre qué quería ser, me interesaba el área de ciencias de la salud porque me gustaba la idea de ayudar de algún modo a las personas, aunque nunca me vi ejerciendo como mé- dico o enfermera. Estudiaba en un internado y mi compa- ñera de habitación comenzó a salir con un chico que hacía Farmacia, y fue entonces cuando empecé a plantearme en serio la posibilidad de ser farmacéutica. Así que puedo decir que es casi casualidad que yo sea farmacéutica. – ¿Por qué la farmacia comunitaria? – Esto sí que lo tuve muy claro: elegí ser farmacéutica porque me atraía la idea de contribuir al cuidado de las personas, y la farmacia comunitaria es el sitio donde hay más contacto, más relación. En la vida del barrio donde ejerzo, mi actividad profesional y la de mi equipo en la farmacia contribuyen en cierta medida a mejorar la rea- lidad, y eso es enormemente satisfactorio. – Usted se define como una «emprecéutica». ¿Qué quiere decir? – Hace ya unos años cursé un máster de Dirección de Farmacia en una escuela de negocios y me encargaron la tarea de dar un discurso en la clausura del máster. Fue entonces cuando surgió en mi cabeza esta pala- bra. Con ella quería resumir la idea de que, en el caso de los farmacéuticos titulares, desarrollar la faceta empresarial y emprendedora es fundamental para des- envolvernos, ya que al fin y al cabo también gestiona- mos una pequeña empresa y necesitamos dominar esas habilidades para sostener con éxito la vertiente más asistencial. – ¿Ha tenido que reinventarse muchas veces? – Personal y profesionalmente, unas cuantas. – ¿Dónde cree que está el verdadero valor de los far- macéuticos en la sociedad actual? – Los farmacéuticos somos profesionales sanitarios muy versátiles. En el caso de los farmacéuticos comu- nitarios siempre se ha dicho que nuestra fortaleza es la cercanía, la accesibilidad y las relaciones de confianza que conseguimos fraguar con las personas, pero esto que es ciertísimo no sería nada sin el conocimiento que tenemos sobre los medicamentos y sobre esas perso- nas. Todos estos ingredientes forman un cóctel muy po- tente, tanto que aún no se ha terminado de refinar la re- ceta. – ¿Qué les diría a los futuros estudiantes? – Que todo pasa y que busquen su camino, lo que les gus- te, independientemente de las modas profesionales, lo que les satisfaga. Al final del día casi todo el mundo aca- ba buscando la coherencia entre sus valores y sus ac- tos. – ¿Qué expectativas tiene para el futuro? – Espero que seamos capaces de conectar el uso de la tecnología con el conocimiento de los farmacéuticos, y convertir esta unión en una propuesta de valor para los pacientes, para las personas que acuden a la farmacia y para el sistema sanitario. Para ello, lo ideal sería que trabajásemos en coordinación con el resto de los pro- fesionales sanitarios. En el caso de los farmacéuticos comunitarios, esta relación debe ser con los profesio- nales de la atención primaria. En este marco es donde me gustaría desarrollarme durante los próximos años en la profesión. l tendencias   «La principal fortaleza de los farmacéuticos comunitarios es la cercanía, la accesibilidad y las relaciones de confianza con las personas, pero también nuestro conocimiento de los medicamentos y de esas personas» ©2021 Ediciones Mayo, S.A. Todos los derechos reservados junio 2021 – el farmacéutico n.o 600 55 


































































































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