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Farmacia comunitaria y SNS: ¿un encaje posible? «Durante la pandemia por COVID-19, los farmacéuticos comunitarios han percibido que la Administración ha desaprovechado, una vez más, la gran oportunidad de contar con el potencial que ofrecen»  por lo menos, investigadores». En este aspecto, insiste: «Tenemos que ser exigentes con la profesión si quere- mos que mejore. La relación con la Administración es buena y esto, como ocurre con el sistema retributivo, es imprescindible pero no suficiente». En este sentido, González afirma que hay «una tarta que se puede dividir como se quiera, pero la filosofía es “cuanto más vendamos, más ganamos” y, por tanto, nues- tro impulso profesional es “vender mucho” y no “vender mejor”. Si no nos pagaran por lo que vendemos sino por lo que hacemos, todos saldríamos beneficiados, pero pe- dirle al farmacéutico todo esto a coste cero e implicando una venta menor, es pedirle una heroicidad». Su visión es contundente: «Resulta significativo que en el mundo pro- fesional no se hable de “buenos farmacéuticos”, sino de “buenas farmacias”, y son “buenas” porque tienen más fac- turación». Además, expone: «No creo que el hecho de que la farmacia sea un establecimiento privado sea la cla- ve del conflicto, ya que otros modelos en los que está más claro que sea una empresa privada, como el de Reino Uni- do, no tienen este conflicto». Hacia un modelo integrado Precisamente sobre el Reino Unido Jaime Acosta nos explica que «tienen unos servicios muy distintos y, a ve- ces, muy complejos, pero la mayoría de ellos los pagan las autoridades locales, que son quienes gestionan el presupuesto. Aquí —añade—, como en otros países, hay una descentralización sanitaria hacia las comunidades autónomas, y en algunos casos hacia los ayuntamien- tos. Este hecho es culpa de todos, pero esencialmente de la Administración, que no ha tenido mucho interés». En efecto, según Aguilar, «una mayor integración sig- nifica una mayor colaboración con la Administración en lo que son todas las políticas, por ejemplo, de salud pú- blica. Si en este campo se contase con la oficina de far- macia de manera mucho más institucionalizada, más global, tendríamos una red importantísima. Uno de los grandes problemas que tenemos es que, de las 17 co- munidad autónomas, cada una hace lo que considera oportuno». En opinión de Acosta, «tendríamos que hacer una es- trategia que incluyera a todos los agentes implicados y, con ellos, decidir. También habría que invertir más en los estudios de evidencia a través de una hoja de ruta de la profesión entre la situación nacional y la que existe en las comunidades autónomas, como se ha hecho en otros países en una estrategia a medio plazo, y esto son 10 años por lo menos». A ello añade: «Si como profesión nos limi- tamos a resistir, si nos limitamos a la dispensación de me- dicamentos, el futuro será más complicado porque los tiempos han cambiado. Pero si resistimos y también nos adaptamos, nos irá mejor. El sistema sanitario y los pa- cientes tienen unas necesidades no resueltas en cuanto al uso de los medicamentos, y los farmacéuticos comu- nitarios somos los profesionales mejor situados para re- solverlas». Teniendo esta visión clara, Acosta cree que «el futuro para la farmacia es magnífico, incluyendo tam- bién herramientas digitales, con procedimientos siste- matizados, registrados y retribuidos». Pensando precisamente en el futuro, González hace la siguiente reflexión: «Podemos morir de éxito. El 70% de nuestros ingresos provienen de un único cliente, que es el SNS, y tenemos que ofrecerle algo diferente. Muchos farmacéuticos ya hacen algo más, pero lo hacen de for- ma voluntaria, privada, no protocolizada, y, lógicamente, la Administración no llega a percibir el beneficio. Tene- mos que implantar servicios que estén remunerados, y para eso el cambio de modelo retributivo es básico». Según Bengoa, el primer paso que debería darse para mejorar la situación es «no estar solo defendiendo cor- porativamente al grupo, sino probar que el grupo tiene mucho que añadir a los nuevos modelos de cuidados». Dicho esto, está convencido de que el segundo paso es que se identifiquen 3 o 4 áreas de atención común en-    «El SNS ve a la farmacia como un proveedor del medicamento, mientras que a ella le gustaría verse como un proveedor de servicios profesionales. Ahí es donde está el conflicto» F. González  30 junio 2021 – el farmacéutico n.o 600 ©2021 Ediciones Mayo, S.A. Todos los derechos reservados 


































































































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