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Entrevista – Álvaro Fernández nos dijo cuando lo entrevistamos que lo importante es el mensaje, que el resto no es más que contexto. ¿Está de acuerdo? ¿Cree que todo vale si el mensaje es bueno? – No, no creo que todo valga. Es importante llegar a cuan­ ta más gente mejor, es importante que la gente esté for­ mada e informada, pero en las formas no hay que olvidar que somos sanitarios y que tenemos que demostrar ri­ gor y seriedad, porque lo que estamos tratando es algo serio. Las formas son importantes y contribuyen a que el contenido llegue, pero hay cosas que a mí no me van, como el baile, y creo que no deberíamos hacerlo. En una ocasión me dijeron que la cuenta de la farmacia era muy juerguista, y respondí: «No, no te equivoques. Es una cuenta muy cercana, pero no es juerguista. Nosotros no bailamos, no nos disfrazamos, intentamos ser cercanos y utilizar un lenguaje de tú a tú para ser más accesibles, con un lenguaje fácil y entendible para todos». Es muy respetable que cada uno lo haga como quiera, pero no es el camino que yo he elegido. – «Las redes sociales son un gran escaparate si lo usamos con rigurosidad, seriedad y estando todos de acuerdo». Esta frase es suya. ¿Cree que debería existir algún organismo que «acreditara» a las farma- cias y a los farmacéuticos para asegurar contenidos de calidad? – Sí. En Instagram, por ejemplo, el tick azul pueden te­ nerlo influencers de todo tipo que no conocen el siste­ ma sanitario y que a veces transmiten información muy poco rigurosa, pero en cambio pueden tener esta verifi­ cación especial por el alcance que tienen o por la interac­ ción que logran. Las farmacias, los farmacéuticos y los divulgadores de temas de salud deberíamos tener algún distintivo que certifique nuestra rigurosidad y experien­ cia en el campo de la salud, porque es muy fácil estar en redes pero no es sencillo si has de filtrar todo lo que di­ ces y la forma como lo dices. Creo, por tanto, que sí de­ bería haber algo abierto a todo el mundo, pero sería muy difícil controlarlo o censurarlo. – También ha dicho que el papel que desempeña la far- macia en las redes sociales es muy diferente en cada comunidad autónoma y en cada tipo de farmacia. ¿Puede ahondar un poco más en esta idea? – La farmacia comunitaria debería ser igual en toda España, pero no es así porque los sistemas de inspec­ ción farmacéutica que tenemos en las farmacias co­ munitarias son diferentes. Hay comunidades en las que se autorizan cosas que en otras comunidades no están permitidas. La información que damos desde las far­ macias también es muy diferente según quién haya de­ trás de cada perfil. Hay perfiles que son pura venta, otros que son pura divulgación, y hay perfiles que son una mezcla de ambas cosas. Deberíamos ir más a una, explicar las cosas de la misma manera, pero en las co­ munidades las inspecciones son diferentes, los tipos de farmacia son distintos, las actuaciones y los servi­ cios profesionales que tenemos son diferentes... y eso hace que haya mucha diferencia entre farmacias y en­ tre comunidades. – ¿Debería intervenir algún organismo para unificar cri- terios? – El farmacéutico es el experto en el medicamento, así que quién mejor que él para hablar de medicamentos. Sin embargo, a mí, en la farmacia, me han llegado a de­ cir que es el médico el que entiende del medicamento. Y no es así; el médico entiende de las patologías, es el que le dice al paciente qué medicamento necesita, pe­ ro el experto en el medicamento es el farmacéutico. Por tanto, que otros profesionales o no profesionales pue­ dan hablar del medicamento y al farmacéutico se le cen­ sure por informar de los efectos secundarios de un me­ dicamento o por explicar cómo tomar un medicamento es algo que no entiendo. Estamos en el siglo XXI, la red está al orden del día y los pacientes consultan muchas cosas por Internet, pero muchas de estas consultas no se contestan en la red. Yo misma tengo cientos de mensajes diarios de consultas en privado, en Facebook, en LinkedIn... y muchas no puedes contestarlas porque son problemas de salud. En esos casos tienes que deri­ var a un especialista, a una consulta, a otro compañero. Si unificásemos criterios, si todos fuésemos a una, si se nos permitiese divulgar ya no solo sobre las patologías, sino también sobre los medicamentos, sin hablar de nombres comerciales y respetando siempre que haya un profesional de la salud supervisando el proceso, lle­ garíamos muchísimo mejor a la población y habría mu­ chos menos efectos no deseados. – ¿Qué aportan las redes sociales a las farmacias y a los farmacéuticos? – Las redes sociales nos permiten acercarnos un poco más al paciente. Nosotros, por ejemplo, estamos en una población de 8000 habitantes, donde hay dos farmacias con clientes fieles. Somos la farmacia de toda la vida, pero si los clientes te ven en las redes se sienten más orgullosos de que seas su farmacéutico, porque ven que estás actualizado, que te formas, que demuestras lo que sabes y que no te limitas a vender. Además, cuan­ do una persona va a la farmacia tienes un tiempo limi­ tado para estar con ella, pero si te sigue en redes le pue­ des explicar muchas cosas que a veces tienes que callarte en la farmacia. Somos un equipo de 11 personas y yo no siempre estoy en el mostrador, por lo que al fi­ nal los pacientes son atendidos por cualquiera de las farmacéuticas del equipo, y aunque todas están igual 12 junio 2022 – el farmacéutico n.o 611 


































































































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