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una gran variedad de productos para rehabilitación y apoyo técnico en circunstancias de dependencia o in- validez, ya sea temporal o permanente. Hoy en día, está en plena efervescencia lo que pode- mos englobar en el término «eSalud», que, con cierto paralelismo, se podría denominar «ayudas técnicas di- gitales», que encajan perfectamente en la sección de ortopedia o de ayudas técnicas de las farmacias. Son dispositivos o artefactos portátiles con un micro- procesador que se incorpora a alguna parte del cuerpo, o simplemente en contacto con la piel, y se conecta a los teléfonos móviles para realizar una función concre- ta de monitorización o seguimiento de las diferentes ac- tividades que realiza una persona a lo largo del día, pero con registros y acciones interactivas muy interesantes desde el punto de vista clínico. Se llaman wearables (en traducción libre, «listos para usar, de fácil manejo»). La monitorización ha estado y sigue estando presen- te en los controles rutinarios de salud. Pongamos como ejemplo el holter, que es un dispositivo electrónico de pequeño tamaño que registra y almacena el electrocar- diograma del paciente durante 24 horas de forma am- bulatoria, y que se usa en pacientes con sospecha de arritmia cardiaca o para diagnosticar una isquemia del músculo cardiaco. Sin embargo, el holter no es un ver- dadero wearable por ser demasiado «macro», por por- tar cables, por su limitación de tiempo y porque no tra- duce los registros a un teléfono móvil (portabilidad). La interactividad entre objetos de uso cotidiano a tra- vés de internet, el llamado «internet de las cosas» (in- ternet of things \[IOT\]), ha superado todas las previsio- nes. El próximo año habrá más de 6000 millones de objetos inalámbricos conectados a internet. Las posi- bilidades en salud se extienden desde el recuerdo de la medicación a la monitorización de los pacientes en su domicilio. Si esto lo combinamos con la aparición de los smartphones, hace unos 10 años, obtenemos un ecosis- tema perfecto ya que disponemos de unos dispositivos con una potencia próxima a la de un PC con una mayor capacidad de movilidad, de pequeño tamaño y, además, con la conectividad internauta de los 4G o 5G. La tecnología wearable sirve para ayudar al paciente a controlar numerosos aspectos relacionados con su salud. Los relojes y pulseras digitales, que son los dis- positivos de mayor popularidad, permiten monitorizar funciones como el ritmo cardiaco, la calidad del sueño, los niveles de azúcar en sangre, la presión arterial y la depresión, entre otras muchas. Esos datos se almace- nan en aplicaciones móviles, que permiten que el pa- ciente pueda compartir sus datos con el médico, lo que mejora el seguimiento y la adherencia al tratamiento. Las llamadas «gafas inteligentes» (smartglasses) se di- señaron con el objetivo de que los profesionales sanita- rios ensayaran determinadas técnicas para apoyar el tratamiento de algunas enfermedades, retransmitir in- tervenciones quirúrgicas en directo o ayudar a personas ciegas. Los sensores que se adhieren al cuerpo son ca- paces de medir la temperatura corporal, la humedad del organismo, el flujo de aire, las constantes vitales, la ac- tividad cerebral o el nivel de calidad del sueño, entre otros parámetros; así, se obtiene una información com- plementaria muy valiosa para las posibles intervencio- nes o valoraciones clínicas. Los wearables y dispositivos IOT permiten realizar una medicina más eficaz y preventiva a un coste inferior; además, suponen un cambio en la forma de practicar la medicina, desde un modelo basado en el tratamiento hacia otro centrado en la prevención, que resulta mu- cho más económico y eficaz ya que permite controlar nuestra salud en todo momento, detectar riesgos y evi- tar muchas crisis y hospitalizaciones. En concreto, las pulseras de actividad, y los dispositi- vos m-Health en general, controlan la actividad, pero tam- bién la calidad de vida de las personas que los utilizan. Re- cogen información y registran la actividad de los pacientes y usuarios a través de múltiples dispositivos con sensores biométricos. Las gafas con videocámara, los calcetines que toman la temperatura, los pañales o absorbentes de incontinencia urinaria que analizan el pH de la orina, los sujetadores con sensores para el cáncer de mama, las plantillas que registran la presión de la pisada, etc., son parte del floreciente mercado de los wearables. En cambio, existen otros artilugios menos conocidos, que son los dispositivos médicos; por ejemplo, las pasti- llas y parches inteligentes o las bombas de insulina, que recopilan datos biométricos para facilitar los diagnósti- cos. La administración de medicamentos para el dolor crónico e incluso para diagnosticar enfermedades gra- ves, como el Parkinson, ya son una realidad incontesta- «La telemedicina y la telefarmacia se han incorporado a la normalidad de nuestras vidas» tendencias El término «m-Salud» engloba todo tipo de dispositivos de interés sanitario que se pueden conectar a los teléfonos móviles y que tienen portabilidad para avisos, alarmas o informes para el médico o para el propio paciente, según el caso. El elemento común es el intercambio de datos y la posibilidad de realizar descargas en el teléfono móvil. julio 2022 – el farmacéutico n.o 612 29