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(mediada por osteoblastos) y otra de destrucción (resor- ción ósea mediada por los osteoclastos). A medida que el organismo envejece, se produce un desfase entre ambos procesos, lo que da lugar a un pre- dominio de la destrucción por encima de la formación. Así, el tejido óseo disminuye progresivamente con la edad. Una articulación es la unión de 2 o más huesos entre sí, que además también suele estar compuesta por un conjunto de tejidos blandos. Su función principal es pro- porcionar un grado variable de movilidad y estabilidad a los segmentos esqueléticos que se unen mediante ellas. Las diartrosis son el tipo de articulación más frecuente en las extremidades; son muy complejas y permiten una gama variada de movimientos. Los huesos no entran en contacto directamente, y existe una serie de estructu- ras que facilitan la movilidad y garantizan la estabilidad articular. Además del cartílago articular —que es una banda delgada de tejido cartilaginoso que cubre la su- perficie de los extremos óseos para impedir su fricción y, por tanto, el desgaste—, la cápsula articular engloba la articulación como una envoltura. Del exterior de la cápsula salen los ligamentos, es decir, bandas fibrosas que unen distintas estructuras articulares, mientras que la cavidad interior contiene una sustancia gelatinosa, denominada líquido sinovial, que lubrica las estructuras articulares. El sistema muscular está compuesto por distintos ti- pos de músculos, como el músculo cardiaco o la mus- culatura de las vísceras. No obstante, los músculos im- plicados en el aparato locomotor son los músculos es- queléticos, también denominados voluntarios o estria- dos. Junto con la musculatura esquelética, es decir, el sistema muscular relacionado con las funciones loco- motoras, existen unas bandas fibrosas, denominadas tendones, que permiten la inserción de los músculos en los huesos y otras estructuras anatómicas. Esto es im- portante ya que, al estar el músculo unido al hueso, y gracias a realizar la contracción cuando recibe un estí- mulo del sistema nervioso, se produce el movimiento de los huesos. Alteraciones del sistema osteomuscular. Principales síntomas Las alteraciones del sistema osteomuscular son una de las causas más habituales de consulta a los profesiona- les de la salud. Son muy diversas, pero frecuentemente se manifiestan con síntomas similares. Los trastornos de las articulaciones están directamente vinculados a la aparición de dolor, inflamación, deformación articu- lar o muscular, y pérdida del movimiento o función del miembro o área afectada. Entre las alteraciones en las que el proceso inflama- torio ejerce un papel primordial se encuentran las en- fermedades reumáticas, que engloban un conjunto de enfermedades muy dispares, como el lumbago, la artro- sis y la artritis. En general, llamamos reumatismo a to- das las afecciones del aparato locomotor que, de una forma aguda o crónica, cursan con dolor e inflamación, y afecta, principalmente, a las articulaciones. La artro- sis es una enfermedad degenerativa articular que afec- ta a todas las estructuras de la articulación (cartílago, líquido sinovial y hueso subcondral). Suele aparecer con la edad. La artritis reumatoide es una enfermedad infla- matoria articular que también afecta a todas las estruc- turas de la articulación y suele ir asociada a otras enfer- medades sistémicas. Otras alteraciones pueden presentarse en los tendo- nes (tejido conectivo que une el músculo al hueso y tie- ne la función de transmitir la fuerza de contracción pa- ra producir el movimiento) o bien en la bursa, que es la bolsa llena de líquido de la articulación. Las pérdidas de masa mineral en el hueso pueden ser diversas. La osteomalacia, también conocida como «ra- quitismo adulto», es un fallo en la mineralización del hue- so debido a una deficiencia de vitamina D —concentra- ciones séricas de 25-hidroxivitamina D (25\[OH\]D) ≤30 nmol/L— y a la incapacidad asociada para absorber el cal- cio y el fósforo de la dieta a través del intestino delgado. Da como resultado una mineralización incompleta de la matriz ósea. En casos severos, el hueso no mineralizado formado pierde su rigidez y puede deformarse bajo la ten- sión del peso corporal. Además de la deficiencia de vita- mina D, la osteomalacia puede estar provocada por una deficiencia extrema de calcio, toxicidad por fluoruro, in- toxicación por cadmio y trastornos genéticos de la ho- meostasis del fosfato (hipofosfatemia). La osteopenia y la osteoporosis son grados variables de baja masa ósea. Mientras que la osteomalacia se caracteriza por un con- tenido bajo en minerales y un alto contenido de matriz, la osteopenia y la osteoporosis son el resultado de niveles bajos de ambos. Según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la osteopenia precede a la os- teoporosis y ocurre cuando la densidad mineral ósea se formación julio 2022 – el farmacéutico n.o 612 43