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Lágrimas sin pena... y sin conservantes Sustitución lagrimal El ojo está cubierto por una fina película (película lagri- mal) que lo protege frente a agentes externos al mismo tiempo que lo lubrica. Las tres capas que la componen (figura 3) nos servirán para orientar nuestra clasifica- ción en función de la capa sobre la que actúe el corres- pondiente lubricante. Suplementación acuosa El componente acuoso es la base principal de los coli- rios lubricantes, que incorporan en su fórmula diferen- tes agentes que pueden ser determinantes para su ac- tividad lubricante, pero también otros, que, a pesar de ser inactivos, resultan imprescindibles para la estabili- dad de las soluciones oftalmológicas. Agentes optimizadores de la viscosidad • Carboximetilcelulosa. Es un derivado de la celulosa que se utiliza en forma de sal de sodio, denominándose «carmelosa sódica». Ha sido el tratamiento clásico por excelencia del ojo seco desde la oficina de farmacia, ya que se adhiere bien a la córnea y a la conjuntiva y pro- porciona una adecuada humectación. Actualmente existen en España fármacos con carmelosa financia- dos para determinadas indicaciones (previo visado de inspección, estrictamente en pacientes diagnosticados de síndrome de Sjögren). Capa lipídica Capa acuosa Capa mucínica Figura 3. Capas de la película lagrimal • Hidroxipropilmetilcelulosa (también denominada hi- promelosa). Se trata de polisacáridos viscoelásticos que incrementan la viscosidad de las lágrimas. Ha de- mostrado eficacia en la EOS leve-moderada. En la far- macia comunitaria se dispone de presentaciones en las que se combina con otros componentes, como dextrano o cloruro de sodio. • Ácido hialurónico (AH). También conocido como hia- luronato de sodio. Si bien el tratamiento de la EOS de- pende, en gran medida, de la capa lagrimal más afec- tada en cada caso (lipídica, acuosa y mucínica, o lipídica y acuosa-mucínica si consideramos solo dos capas), de forma general se puede proponer el AH co- mo principio activo de elección para tratar la EOS. Destaca por tres propiedades importantes: – Su capacidad de hidratación, ya que cada molécula puede retener una enorme cantidad de agua. – Sus propiedades viscoelásticas, que le permiten ad- herirse, fluir y adaptarse al medio ocular de forma óp- tima, mejorando la estabilidad y la adherencia de la lá- grima. – Sus propiedades citoprotectoras y cicatrizantes. No obstante, debe tenerse en cuenta que existen dife- rencias significativas entre las lágrimas artificiales con AH, y que tanto la concentración como la estructura mo- lecular del AH pueden variar. En cuanto a la concentración: • Bajas concentraciones (de, por ejemplo, 0,1 o 0,2 %, que son las habituales): en general, son bien toleradas y aportan frescor en pacientes con ojo seco leve y con cansancio ocular. • Altasconcentraciones(de,porejemplo,0,4%):nose toleran tan bien y pueden provocar inicialmente visión borrosa. Aun así, son muy útiles en personas con ojo seco severo. En cuanto a la estructura y el peso molecular del AH, po- demos diferenciar dos: • Por un lado, el AH de cadena lineal (o no reticulado). Es el tradicional, el que primero se sintetizó y utilizó para tratar la EOS. Su acción es relativamente limi- tada, por lo que necesita instilarse con bastante fre- cuencia. • Porotrolado,elAHreticulado.Esunderivadosintéti- co novedoso cuyas cadenas lineales se han unido pa- ra formar redes tridimensionales, lo que deriva en una «De forma general, se puede proponer el ácido hialurónico como principio activo de elección para tratar la enfermedad del ojo seco» 22 octubre 2022 – el farmacéutico n.o 614