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   Ángel A. Huélamo Villanueva Director general de Farmacéuticos Sin Fronteras de España ¿Por qué soy farmacéutico?  – ¿Por qué decidió estudiar Farmacia? – No soy farmacéutico de vocación, no vengo de tradi- ción farmacéutica. Lo que tuve claro a la hora de elegir carrera es que quería hacer algo de la rama sanitaria, y Farmacia me pareció la carrera que conocía un poco más dentro de lo que es el farmacéutico comunitario. La verdad es que desde el principio me gustó mucho la carrera. Mi vocación vino ya una vez iniciada la carrera y sobre todo cuando acabé el primer curso. – ¿Cómo surgió la idea de trabajar en una ONG? – Fue un conjunto de casualidades. Terminé la carrera y me apunté al FIR. En ese momento, era el último reem- plazo del servicio militar obligatorio. Me llegó la carta del Ministerio de Defensa y me cayó como un mazazo porque suponía parar mi carrera durante nueve meses. Un ami- go que había hecho un voluntariado me pasó el listado de organizaciones para hacer la objeción de conciencia, lo revisé y me encontré con Farmacéuticos sin Fronteras, y pensé que esos 9 meses podría ser más útil en Farma- céuticos sin Fronteras que en un cuartel. Terminé los 9 meses de objeción y tuve la posibilidad de quedarme, pri- mero como apoyo a proyectos y después en el terreno, y tras volver de mi primera experiencia en Guatemala me ofrecieron la dirección de proyectos. Elegí el voluntaria- do y al final se ha convertido en mi profesión. – ¿Ha sido como se lo esperaba? ¿Retomaría el mismo camino? – Sí, repetiría el mismo camino. Ha sido apasionante y bonito, pero también muy duro. Es una profesión muy estresante porque trabajamos con la vida de la gente más necesitada, con un presupuesto muy ajus- tado, dependiente de subvenciones públicas y priva- das, y esto no es fácil. Es cierto que estos 21 años que llevo en la organización la cooperación ha cambiado mucho y se ha pasado del clásico pedir siempre a ser partner. – ¿Qué es lo más destacable de desarrollar su labor en una ONG internacional? – La gente. El trabajo de una ONG se limita mucho a lo que haces localmente y depende bastante de los agen- tes gubernamentales de donde estés trabajando. Pero en las tres experiencias que he tenido en el terreno, el agradecimiento de la gente, que apenas tienen nada, por la esperanza que les llevas es lo más satisfactorio, aunque también lo más duro y complejo ya que hay ve- ces que esos proyectos, por unas circunstancias u otras, no salen y no los podemos ejecutar. – ¿Cuál es su mayor sueño como farmacéutico? – Como organización, el sueño con el que empezamos aquí lo hemos podido ir cumpliendo estos años. En el Congreso Infarma de 2013 presentamos un póster y ga- namos uno de los premios. Y ahí contaba que, como or- ganización, queríamos ser una parte más del sector far- macéutico. Creo que esto lo hemos ido logrando y, a partir de ahora, creo que el tercer sector a escala global va a tener mayor protagonismo. Me gustaría que dejára- mos de ser los pedigüeños del sector, porque tenemos mucho que aportar y lo podemos hacer en colaboración con la industria, los colegios, etc., y que lleguemos a ser un activo más. En cuanto al sector farmacéutico en sí, se van dando pasos para consolidar la figura del farmacéutico como un profesional con multitud de virtudes que puede apor- tar mucho al sistema sanitario. La pandemia ha demos- trado que el farmacéutico está preparado para consti- tuirse en el primer eslabón de la cadena sanitaria a la hora de contactar y conectar con el paciente. Y, por supuesto, me gustaría seguir dando cobertura a quienes más lo necesitan, que en los próximos años me temo que van a ser muchos. l  «El tercer sector va a tener mayor protagonismo, tenemos mucho que aportar y lo podemos hacer, queremos ser un activo más» 44 junio 2021 – el farmacéutico n.o 600 ©2021 Ediciones Mayo, S.A. Todos los derechos reservados 


































































































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