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Problemas dermatológicos «El colágeno es uno de los suplementos sistémicos antienvejecimiento más recientes y prometedores. Ha demostrado efectos funcionales y beneficiosos sobre la piel en varios estudios científicos, principalmente mejorando los signos clínicos del envejecimiento cutáneo» dérmicos al incrementar la síntesis de colágeno, mejo- rando así la hidratación y la elasticidad, y reduciendo las arrugas. En una reciente revisión sistemática y metaanálisis de estudios clínicos (2021) realizados con colágeno se reportó que, a pesar de la heterogeneidad entre los estudios que utilizaron diferentes concentraciones de colágeno, formulaciones con otros ingredientes, origen de materia prima (cerdo, pescado, pollo, etc.) y formas de administración (líquido y sólido) del suplemento oral, la mayoría de ellos constataron una mejor elasticidad, un aumento de la densidad dérmica y una reducción de las arrugas faciales. Los efectos beneficiosos fueron evidentes a los 60 y 90 días después del inicio de la suplementación, y se mantuvieron durante 30 días después del final de la intervención. Así, los beneficios de esta suplementación sobre el aspecto de la piel están relacionados con su periodo de mantenimiento. Estudios previos han demostrado que los dipéptidos Pro-Hyp e Hyp-Gly tienen efectos avanzados sobre los fibroblastos dérmicos, estimulando su metabolismo, migración y proliferación al producir fibras de colágeno en la dermis. La mayoría de los estudios seleccionados utilizaron como intervención la suplementación comercial de colágeno hidrolizado en preparaciones listas para consumir. Estas marcas comerciales tenían diferentes porcentajes de composición, que contenían (además de péptidos de colágeno) vitaminas, minerales, antioxi- dantes, coenzima Q10, ácido hialurónico y sulfato de condroitina. En estos estudios, los resultados positivos de la suplementación se atribuyeron únicamente al colá- geno, y el efecto del vehículo de formulación no se evaluó comparativamente. Por tanto, los efectos bene- ficiosos conseguidos pueden haberse producido debido al sinergismo de estas sustancias con el colágeno. La coenzima Q10, por ejemplo, tiene una importante función antioxidante, al neutralizar el daño causado por los radicales libres generados en el proceso de enveje- cimiento de la piel y mejorar así los signos que este conlleva. Otras vitaminas, como la C y el ácido hialuró- nico, participan y estimulan la biosíntesis de colágeno, respectivamente. Sin embargo, los estudios que utilizan colágeno en su forma aislada demostraron su eficacia. Además, este análisis de sensibilidad consideró un factor adicional, ya que se utilizó un instrumento de medición diferente para la hidratación y se administró colágeno hidrolizado en asociación con la coenzima Q10. La suplementación con coenzima Q10 tuvo efectos posi- tivos sobre el envejecimiento de la piel, como la reduc- ción de arrugas y el suavizado de la piel en un ensayo clínico realizado por el mismo grupo de investigación. En este contexto, esta coenzima podría actuar de forma complementaria o sinérgica con el colágeno, mitigando los efectos del envejecimiento cutáneo, y el análisis de sensibilidad confirmaría la influencia directa de este estudio en el resultado global. El tiempo necesario para retrasar el envejecimiento de la piel en la mayoría de los estudios fue de 90 días y el resultado se mantuvo durante 4 semanas después de finalizar la administración del suplemento. La prevención del fotodaño comienza con limitar la exposición a la luz UV y utilizar agentes fotoprotectores de forma adecuada. Dado que la exposición a la luz UV agota los niveles de antioxidantes en la piel, el ácido ascórbico (vitamina C) y el α-tocoferol (vitamina E), así como los betacarotenos, la coenzima Q10, la astaxantina (AST), etc., son imprescindibles para ayudar a dicha prevención. Ácidos grasos Los ácidos grasos esenciales (AGE) son aquellos que el organismo no puede sintetizar endógenamente y nece- sitan ser aportados por la dieta o, en su defecto, si no se llega a unos requerimientos mínimos, mediante suple- mentos. Estos AGE son el omega-6 (n-6) ácido linoleico (LA) y el omega-3 (n-3) ácido alfalinolénico (ALA), y de ellos, tras una serie de reacciones mediadas por las enzimas desaturasas y elongasas, se sintetizan los otros ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, como el ácido graso gammalinolénico (GLA) y los ácidos eicosa- pentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA), respec- tivamente. Tanto los ácidos grasos de la serie n-6 como los n-3 son cruciales para mantener la función y la apariencia de la piel; entre ellos, el LA es el ácido graso poliinsaturado más abundante en la piel. Cada capa de la piel tiene unas células y una composición de lípidos determinadas. La mayoría de estos lípidos se incorporan como fosfolípidos en las membranas plasmáticas de los queratinocitos y orgánulos celulares. Su deficiencia en humanos se manifiesta clínicamente como dermatitis (descamación, sequedad en la piel y producción de 52 octubre 2022 – el farmacéutico n.o 614