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Entrevista «Lo más complicado es que la gente entienda que el mensaje de la ciencia es evolutivo; somos una sociedad en la que queremos todo blanco o negro» aportar nada porque sé lo mismo que él. La diferencia es que a lo mejor a mí se me ocurre decir que ibuprofeno es Batman y que la arginina es el batmóvil, y que, entonces, cuando Batman va con el batmóvil va más rápido, de la misma manera que ibuprofeno con la arginina se ab- sorbe más rápido; eso puede servir como herramienta para un compañero. Pero también hago formaciones pa- ra compañeros en términos de comunicación y redes so- ciales, que es a lo que me dedico ahora. Doy talleres, cur- sos o charlas para compañeros farmacéuticos, médicos o enfermeros que quieren aprender a comunicar en Ins- tagram. En eso sí que puedo ser útil a mis compañeros, porque llevo desde 2011, cuando abrí la cuenta de Twitter, «picando piedra» en redes sociales y en el blog, a veces con aciertos, otras con errores. Pienso que mi experien- cia tiene valor. —Recuerdo que en una entrevista, en 2016, ya hablaba de que el farmacéutico debía dar un salto a lo digital. ¿Qué opinión tiene sobre este aspecto? —Afortunadamente estamos mucho mejor que en 2016. De hecho, diría que dentro de la comunicación, si habla- mos de divulgación, los farmacéuticos somos los profe- sionales sanitarios que estamos más avanzados con res- pecto a otros. Es decir, los farmacéuticos, quizá por su cercanía con el público, quizá también, y siendo sinceros, porque muchos tienen e-commerce, están bastante más avanzados que muchos médicos, que, por su actividad en el día a día en el hospital, no ven tan necesario utilizar las redes sociales. De camino, el farmacéutico hace divulga- ción, es decir, no solo las utiliza como escaparate para su farmacia o para su farmacia 2.0, sino que además le sir- ven para hacer divulgación. Instagram ha permitido que de una manera más cercana muchos farmacéuticos pue- dan subirse al carro de la comunicación. Ahora bien, ha- cerlo de manera eficiente, de manera efectiva, es lo com- plicado. Sigue haciendo falta muchísima formación, aunque es cierto que en las farmacias hay bastante rele- vo generacional y que los farmacéuticos jóvenes que lle- gan, tanto los que se incorporan como los que heredan la farmacia de sus padres, ya tienen ese ADN digital y lo quieren incorporar en la farmacia. —¿Qué es lo que más se les resiste para acabar de dar el paso? —Falta que lo vean realmente como un trabajo. El farma- céutico que piense que ese chavalito de su equipo al que le gusta mucho Instagram, puede llevarlo en los ratos li- bres, se equivoca. Ese chavalito es un profesional —far- macéutico o técnico— que en sus ratos libres querrá lle- var sus redes sociales o irse de cañas a un bar. Las redes sociales se deben incorporar en las tareas de la farmacia. Igual que hay un farmacéutico que es formulador, uno que lleva la gestión de las compras y otro que hace el dermo- análisis, tiene que haber personas que lleven las redes sociales de manera profesional, y que parte del tiempo que dedican en la farmacia sea para las redes sociales o tengan un sueldo aparte para hacerlo en otro momento. Mientras el farmacéutico no entienda que las redes so- ciales cuestan tiempo y dinero, estamos perdidos. Hay cierta tendencia a despreciar el trabajo de los in- fluencers y a pensar que cualquiera puede hacerlo. En cambio, nadie piensa que ser Lola Flores, Julio Iglesias o Antonio Banderas sea fácil, porque se les presupone un arte. La realidad es que cualquiera no puede ser influen- cer; si fuera así, todo el mundo tendría tres millones de seguidores, como Dulceida. Otra cosa es que a la gente le guste lo que hacen los influencers. Los farmacéuticos hablamos de salud, de nutrición, de ciencia, no hablamos de moda o belleza ni de cosas tan atractivas como pue- dan hacer otros influencers, pero tenemos nuestra fun- ción. Hay que tener la mente muy abierta y entender los mecanismos del marketing, y lo que funciona en otros sectores aplicarlo nosotros para hacer el bien de alguna manera. —¿Cree que dentro del sector también hay detractores de la figura del farmacéutico influencer? —Hay mucho desconocimiento, desde luego, y es una verdadera lástima. Que alguien decida, dentro del abani- co de cosas que hay en Instagram, seguir a un farmacéu- tico nos beneficia a todos, sea el farmacéutico de su pueblo o sea el farmacéutico que tiene cien mil seguido- res. Es decir, que estemos presentes en la vida de la gen- te y les recordemos que existimos es importante. Hay detractores, sí, pero siempre los ha habido. Cuando em- pecé me llamaban la bloguera en un tono un poco des- pectivo, pero ahora la propia industria y las instituciones son las que me llaman porque son conscientes del im- pacto que puede tener lo que diga. Siempre pongo el ejemplo de Dulceida: cuando ella abre la boca, el impac- to que tiene es mayor que el del telediario más visto de la televisión nacional. Afortunadamente, según mi expe- riencia, hasta los farmacéuticos más reacios acaban re- conociendo que las redes sociales tienen un valor y las incorporan a sus estrategias. 16 diciembre 2022 – el farmacéutico n.o 616