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Deshabituación tabáquica: mucho más que buenas intenciones
«Tanto por consumo directo como por exposición al humo, el tabaco se asoció a más de 50 000 muertes en España durante 2020, y a más de 4 000 000 en el mundo»
 to del tabaco sobre el riesgo de otros tipos de cáncer, co- mo el de orofaringe, laringe, esófago, estómago, vejiga, etc. Fuera del ámbito oncológico, los efectos del hábito tabáquico aumentan la incidencia de eventos cardiovas- culares, como infarto agudo de miocardio e ictus. Tam- bién elevan el riesgo de infecciones como neumonía y bronquitis. Además, el tabaquismo materno durante la gestación afecta negativamente al desarrollo pulmonar del niño, asociándose a un mayor riesgo de asma. Men- ción aparte merece la influencia sobre la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
La limitación crónica al flujo aéreo que caracteriza a
la EPOC se asocia, sobre todo, con el humo del tabaco, y si bien parece existir una susceptibilidad individual al tabaco, dejar de fumar es fundamental en el abordaje de esta patología respiratoria. Es importante subrayar que el abandono del tabaquismo no revierte la enferme- dad, pero sí frena su evolución.
Nicotina: ¿cómo actúa?
Al igual que otras sustancias con potencial adictivo (co- caína, morfina), la nicotina actúa sobre sus receptores en circuitos de recompensa del cerebro, provocando en las neuronas la liberación de dopamina en cantidad. Es- te neurotransmisor, relacionado con los mecanismos del placer, a su vez activará a otras neuronas sensibles, dispersando de esta manera la señal placentera.
En este tipo de sustancias es clave la velocidad de en- trada al cerebro, por lo que serán más adictivas aquellas consumidas por vía inhalatoria o parenteral. Partiendo de esta premisa, el consumo de tabaco conduce rápidamen- te a una dependencia tanto física como psicológica, ya que al dejar de recibir nicotina las neuronas experimen- tan una sensación de abstinencia que incluye un deseo intenso de fumar (craving), dificultando en extremo la in- terrupción del consumo tabáquico (tabla 1). No obstante, hay que subrayar que este craving no suele durar más de 3 minutos y que se presenta principalmente durante las 2 primeras semanas de abstinencia.
Nuevas formas de consumo:
el mismo asesino con otro disfraz
Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las so- ciedades científicas que estudian el tabaquismo mani- fiestan claramente que los nuevos dispositivos no son herramientas para lograr erradicar el consumo, ya que no existe evidencia científica sobre tal efecto, la realidad es
Fuente: Stahl´s Essential Psychopharmacology. 3.a ed. 2008.
que su uso está ampliamente introducido en nuestra so- ciedad, y más concretamente entre los adolescentes, grupo en el que el consumo de este dispositivo está au- mentando claramente según registra el Plan Nacional so- bre Drogas en su encuesta sobre uso de drogas en Ense- ñanzas Secundarias en España. Aunque una gran parte de la población los percibe como dispositivos inocuos, hay que dejar claro que su seguridad (componentes co- mo la glicerina y el propilenglicol pueden resultar dañinos cuando se calientan) y su eficacia (frente a la combina- ción de asesoramiento psicológico y tratamiento farma- cológico) no se han demostrado.
La nicotina es el principal componente psicoactivo que contiene el tabaco. Los cigarrillos y demás elementos ta- báquicos pueden considerarse instrumentos para intro- ducir la nicotina en el organismo. Pero, desgraciadamen- te, no es nicotina todo lo que reluce en el interior de un cigarrillo, la herramienta más habitual para la administra- ción de nicotina. Además de compartir con el cigarrillo electrónico sustancias irritantes de las vías respiratorias como acetaldehído y acrileína, en el cigarrillo convencio- nal encontramos sustancias cancerígenas como el cad- mio (utilizado en baterías), el cloruro de vinilo (empleado en los materiales plásticos) o el alquitrán (el más cance- rígeno). También está presente algún potente insectici-
 Tabla 1. Probabilidad de dependencia después de probar una sustancia por lo menos una vez
Sustancia Probabilidad de dependencia (%)
Tabaco 32
Heroína 23
Cocaína 17
Alcohol 15
Estimulantes 11
Ansiolíticos 9
Cannabis 9
Analgésicos 8
32 enero 2023 – el farmacéutico n.o 617









































































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